El contrato de comodato: concepto y naturaleza jurídica
El contrato de comodato es una de las figuras más antiguas de nuestro ordenamiento jurídico, pero también una de las que más confusiones genera entre los ciudadanos. En esencia, se trata de un contrato por el cual una persona (comodante) entrega a otra (comodatario) una cosa no fungible para que la use durante cierto tiempo y la devuelva posteriormente. Lo más característico de este contrato es su carácter esencialmente gratuito, lo que lo diferencia radicalmente del arrendamiento.
El Código Civil español regula esta figura en sus artículos 1740 a 1752, estableciendo:
«Por el contrato de préstamo, una de las partes entrega a la otra, o alguna cosa no fungible para que use de ella por cierto tiempo y se la devuelva, en cuyo caso se llama comodato, o dinero u otra cosa fungible, con condición de devolver otro tanto de la misma especie y calidad, en cuyo caso conserva simplemente el nombre de préstamo. El comodato es esencialmente gratuito.» (Art. 1740 CC)
Esta definición nos permite extraer las características fundamentales del comodato:
- Es un contrato real, pues se perfecciona con la entrega de la cosa
- Es unilateral, ya que solo genera obligaciones para el comodatario
- Es gratuito por naturaleza
- Es temporal, pues siempre implica la devolución del bien
- Recae sobre bienes no fungibles (aquellos que no se consumen con el uso)
En mi experiencia como abogado civilista, he comprobado que muchos problemas relacionados con el préstamo de uso surgen precisamente por no entender correctamente estas características básicas. Por ejemplo, cuando se presta un inmueble a un familiar sin establecer un plazo determinado, pensando que «ya lo devolverá cuando pueda», se están sentando las bases para un posible conflicto futuro.
Diferencias entre el comodato y otras figuras afines
Para comprender adecuadamente el préstamo de uso, es fundamental distinguirlo de otras figuras jurídicas similares con las que suele confundirse:
Comodato vs. Arrendamiento
La principal diferencia radica en la gratuidad. Mientras el comodato es esencialmente gratuito, el arrendamiento implica siempre una contraprestación económica (la renta). Esta distinción es crucial, pues determina el régimen jurídico aplicable.
¿Quieres saber por qué esto es tan importante? Porque en caso de conflicto, los tribunales analizarán la verdadera naturaleza de la relación, independientemente de cómo la hayan denominado las partes. He visto casos donde un supuesto «comodato» con pagos periódicos «para gastos» ha sido recalificado judicialmente como arrendamiento, con todas las consecuencias legales que ello implica.
Comodato vs. Precario
El precario es una situación de hecho en la que una persona posee un bien ajeno sin título que lo justifique o con un título que ha perdido su vigencia. La diferencia fundamental con el comodato es que este último constituye un título jurídico válido para poseer temporalmente.
«La posesión en precario es la que se ejerce por tolerancia del dueño, sin pagar renta o merced alguna, o la que se disfruta sin título alguno.» (Jurisprudencia del Tribunal Supremo)
Comodato vs. Préstamo mutuo
Aunque ambos son modalidades de préstamo, el mutuo recae sobre bienes fungibles (como dinero), mientras que el comodato se refiere a bienes no fungibles. En el mutuo, el prestatario debe devolver bienes de la misma especie y calidad, no los mismos objetos específicos recibidos.
Elementos esenciales del contrato de comodato
Para que exista un verdadero contrato de préstamo de uso, deben concurrir tres elementos fundamentales:
Sujetos intervinientes
- Comodante: Es quien entrega el bien en préstamo. Debe ser propietario o, al menos, tener derecho a ceder el uso de la cosa.
- Comodatario: Es quien recibe el bien para usarlo temporalmente. Puede ser cualquier persona con capacidad para contratar.
Aquí viene lo que nadie te cuenta… No es necesario que el comodante sea el propietario del bien. En mi práctica profesional he visto casos de subcomodato, donde el comodatario original cede a su vez el bien a un tercero, siempre que el contrato original no lo prohíba expresamente.
Objeto del comodato
El objeto debe ser una cosa no fungible, es decir, aquella que no se consume con su uso y puede ser devuelta en el mismo estado (salvo el desgaste natural). Pueden ser bienes muebles (un vehículo, una herramienta) o inmuebles (una vivienda, un local).
Causa del contrato
La causa del comodato es la liberalidad del comodante, es decir, su intención de beneficiar gratuitamente al comodatario permitiéndole usar el bien sin contraprestación.
Obligaciones de las partes en el contrato de comodato
El préstamo de uso genera obligaciones específicas para ambas partes, aunque principalmente para el comodatario:
Obligaciones del comodante
- Entregar la cosa objeto del contrato
- No reclamar la devolución antes del plazo pactado o del cumplimiento del uso previsto
- Abonar los gastos extraordinarios causados durante el comodato para la conservación de la cosa, siempre que el comodatario se lo haya notificado antes de hacerlos (salvo urgencia)
- Responder por los daños que sufra el comodatario por los vicios de la cosa que el comodante conociera y no hubiera advertido
Obligaciones del comodatario
- Conservar diligentemente la cosa prestada
- Destinarla al uso pactado o, en su defecto, al uso natural de la cosa
- No ceder el uso a un tercero sin consentimiento del comodante
- Asumir los gastos ordinarios necesarios para el uso y conservación
- Devolver la cosa al término del contrato
- Responder por la pérdida de la cosa, incluso por caso fortuito, si la destina a un uso distinto o la retiene más tiempo del debido
Según mi experiencia en este tipo de casos, la mayoría de los conflictos surgen precisamente por el incumplimiento de estas obligaciones, especialmente las relacionadas con la devolución del bien. Por ello, siempre recomiendo documentar adecuadamente tanto el estado de la cosa en el momento de la entrega como los acuerdos sobre el plazo y uso permitido.
Duración y extinción del comodato
La temporalidad es una característica esencial del préstamo de uso. El Código Civil contempla diferentes supuestos en cuanto a su duración:
Comodato con plazo determinado
Cuando se ha pactado expresamente un plazo, el comodato se extingue al llegar el término convenido. El comodante no puede reclamar la cosa antes de ese momento, salvo que tenga urgente necesidad de ella (Art. 1749 CC).
Comodato con plazo indeterminado
Si no se pactó duración pero sí se especificó el uso al que debía destinarse la cosa, el comodato durará el tiempo necesario para ese uso. Por ejemplo, si presto mi tractor para arar un campo, el comodato durará hasta que se complete esa labor.
Comodato sin plazo ni uso determinado
En este caso, el comodante puede reclamar la devolución cuando lo desee. El artículo 1750 del Código Civil establece:
«Si no se pactó la duración del comodato ni el uso a que había de destinarse la cosa prestada, y éste no resulta determinado por la costumbre de la tierra, puede el comodante reclamarla a su voluntad.»
Veamos por qué este detalle marca la diferencia… En mi práctica profesional he visto numerosos casos de préstamos de vivienda a familiares «por el tiempo que necesiten», que años después generan graves conflictos cuando el propietario quiere recuperar su inmueble. Lo que suelo recomendar a mis clientes en estos casos es establecer siempre un plazo determinado, aunque luego pueda prorrogarse de mutuo acuerdo.
Causas específicas de extinción del comodato
Además del cumplimiento del plazo, el contrato de préstamo de uso puede extinguirse por:
- Muerte del comodatario, ya que se trata de un contrato intuitu personae (Art. 1742 CC)
- Urgente necesidad del comodante (Art. 1749 CC)
- Uso indebido de la cosa por parte del comodatario
- Pérdida de la cosa prestada
- Mutuo acuerdo entre las partes
El comodato de bienes inmuebles: particularidades y jurisprudencia
El préstamo de uso de inmuebles merece especial atención por su frecuencia y por las complicaciones que suele generar. Cuando se presta una vivienda, local o terreno sin contraprestación, estamos ante un comodato inmobiliario.
La jurisprudencia ha establecido criterios importantes en esta materia:
«El préstamo de un inmueble sin determinación de plazo no puede considerarse indefinido, sino que durará el tiempo necesario para el uso pactado, y a falta de determinación expresa, habrá que estar a las circunstancias del caso concreto.» (STS 2 de octubre de 2008)
Un aspecto crucial es la reclamación del inmueble cuando el comodato no tiene plazo determinado. En estos casos, el procedimiento adecuado es el desahucio por precario (Art. 250.1.2º LEC), pues la jurisprudencia considera que, una vez requerida la devolución, el comodatario que no devuelve el bien pasa a ser un precarista.
Como defensor en numerosos procedimientos civiles, creo que es fundamental documentar adecuadamente tanto la existencia del comodato como el requerimiento de devolución, preferiblemente mediante burofax o cualquier otro medio que deje constancia fehaciente.
Formalización del contrato de comodato
Aunque el préstamo de uso es un contrato que no requiere forma especial para su validez, en la práctica resulta altamente recomendable formalizarlo por escrito. Un contrato bien redactado debe incluir:
- Identificación completa de las partes
- Descripción detallada del bien prestado
- Duración del préstamo o uso al que se destina
- Estado en que se entrega el bien
- Condiciones específicas de uso y conservación
- Gastos que asume cada parte
- Causas especiales de extinción
Mi valoración personal como abogado en este ámbito es que muchos problemas se agravan por falta de documentación adecuada. Un simple documento privado, incluso redactado por los propios interesados, puede evitar costosos litigios posteriores.
Aspectos fiscales del comodato
El préstamo gratuito de bienes tiene implicaciones fiscales que a menudo se desconocen:
Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales (ITP)
El comodato está sujeto al ITP como constitución de derecho real, aunque en la práctica rara vez se liquida este impuesto por los préstamos de uso entre particulares.
Imputación de rentas inmobiliarias
Cuando se cede gratuitamente un inmueble, el propietario (comodante) debe seguir declarando en su IRPF la imputación de rentas inmobiliarias por ese bien, como si estuviera a su disposición.
Comodato entre familiares
La cesión gratuita de un inmueble a familiares puede considerarse una donación del uso a efectos fiscales, con posibles implicaciones en el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones.
Casos prácticos sobre el contrato de comodato
Para ilustrar mejor las particularidades del préstamo de uso, analizaré algunos casos reales de mi práctica profesional (con datos modificados para preservar la confidencialidad):
Caso 1: Préstamo de vivienda familiar
Un padre cedió gratuitamente una vivienda a su hijo recién casado «hasta que pudiera comprar su propia casa». Pasados 15 años, el padre necesitaba vender el inmueble, pero el hijo se negaba a abandonarlo alegando que no había plazo determinado.
Resolución: El tribunal consideró que, aunque no había plazo expreso, el uso previsto (vivienda temporal hasta adquirir una propia) ya se había cumplido sobradamente, por lo que procedía la devolución.
Caso 2: Comodato de local comercial
Un empresario cedió gratuitamente un local a un amigo para iniciar un negocio, con el acuerdo verbal de que lo devolvería «cuando le fuera bien económicamente». El comodatario realizó importantes obras de acondicionamiento con conocimiento del propietario.
Resolución: El tribunal consideró que las inversiones realizadas con consentimiento del propietario evidenciaban un acuerdo implícito de permanencia mínima, rechazando la reclamación inmediata del local.
Caso 3: Préstamo de vehículo
Una persona prestó su coche a un amigo para un viaje de fin de semana. El vehículo sufrió una avería grave por un defecto mecánico que el propietario conocía pero no advirtió.
Resolución: El comodante fue condenado a indemnizar los daños sufridos por el comodatario, aplicando el artículo 1752 del Código Civil, que responsabiliza al comodante por los daños causados por vicios de la cosa que conociera y no hubiera advertido.
Recomendaciones prácticas para evitar conflictos en el comodato
Basándome en mi experiencia asesorando a clientes en contratos de préstamo de uso, puedo ofrecer estas recomendaciones:
- Formalizar siempre por escrito el acuerdo, incluso entre familiares o amigos
- Establecer claramente la duración o el uso concreto al que se destina el bien
- Documentar el estado del bien en el momento de la entrega (fotografías, vídeos)
- Especificar quién asume cada tipo de gastos (ordinarios, extraordinarios, suministros)
- Regular expresamente la posibilidad (o prohibición) de realizar obras o modificaciones
- Prever causas específicas que permitan al comodante reclamar anticipadamente el bien
- Establecer un procedimiento claro para la devolución del bien
Lo primero que explico a quien me consulta por esto es que la confianza es importante, pero un acuerdo claro por escrito no es señal de desconfianza sino de previsión y responsabilidad.
Preguntas frecuentes sobre el comodato
¿Puede el comodatario negarse a devolver el bien alegando que ha realizado gastos o mejoras?
No. El comodatario está obligado a devolver la cosa al término del contrato. Sin embargo, tiene derecho a que se le reembolsen los gastos extraordinarios y necesarios que haya realizado para la conservación de la cosa, siempre que haya avisado previamente al comodante (salvo caso de urgencia). Respecto a las mejoras, no tiene derecho a indemnización, pero sí puede retirarlas si es posible hacerlo sin deteriorar el bien.
¿Se puede desalojar a un familiar al que se le ha prestado una vivienda sin plazo determinado?
Sí, pero siguiendo el procedimiento legal adecuado. Primero debe requerirse formalmente la devolución (preferiblemente mediante burofax). Si el familiar se niega, deberá acudirse a un procedimiento de desahucio por precario. No obstante, los tribunales suelen conceder un plazo razonable para el desalojo, especialmente si se trata de la vivienda habitual.
¿Es válido un comodato verbal o necesita formalizarse por escrito?
El comodato es válido aunque se acuerde verbalmente, pues nuestro ordenamiento jurídico no exige forma especial para este contrato. Sin embargo, por razones probatorias, es altamente recomendable formalizarlo por escrito, especialmente cuando se trata de bienes de valor o cuando el préstamo se prevé para un periodo prolongado.
Conclusión: La importancia de una correcta regulación del préstamo de uso
El contrato de comodato, a pesar de su aparente sencillez, encierra numerosas particularidades jurídicas que pueden generar importantes conflictos si no se regulan adecuadamente. Su carácter gratuito y la confianza que suele existir entre las partes (frecuentemente familiares o amigos) hacen que a menudo se formalice de manera muy básica o incluso verbal, lo que posteriormente dificulta la prueba de las condiciones pactadas.
Como hemos visto a lo largo de este artículo, aspectos como la duración, el uso permitido, la distribución de gastos o las causas de extinción anticipada son fundamentales para un desarrollo pacífico de esta relación jurídica.
En mi experiencia como abogado especializado en derecho civil, he comprobado que una correcta documentación del acuerdo y el asesoramiento jurídico previo pueden evitar costosos y dolorosos litigios posteriores, especialmente cuando el préstamo afecta a bienes tan importantes como una vivienda.
En CodigoCivilEspaña.com ofrecemos asesoramiento especializado en la redacción de contratos de comodato adaptados a las circunstancias específicas de cada caso, así como representación legal en caso de conflictos derivados de estos acuerdos. Nuestro equipo de abogados civilistas cuenta con amplia experiencia en litigios relacionados con préstamos de uso, tanto de bienes muebles como inmuebles, y puede ayudarte a proteger tus derechos como comodante o comodatario.
Recuerda que la generosidad de prestar gratuitamente un bien no debe convertirse en un problema legal. Una correcta formalización del acuerdo beneficia a ambas partes y preserva las buenas relaciones personales que, en la mayoría de los casos, son el verdadero motivo del préstamo.
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